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Don Manuel Quintela Villar, Presidente fundador de La Hermandad de Devotos de San Roque

Manuel Quintela Villar (1º presidente)

En 1951,un grupo de amigos, encabezado por Manuel Quintela Villar (Beleiro) y Manuel Campos Román (O Merlo), promovieron una reunión del vecindario en “Casa Beleiro”, dándole un carácter de asamblea vecinal. Actuó como secretario José Pereira de Castro, vecino de las “Casas Baratas” de la parte baja de la finca, era Oficial de la Notaría de don Miguel de Hoyos; con un único fin “instaurar o crear una Hermandad en defensa de la tradicional Romería que se celebra anualmente en honor de San Roque”.

Los allí presentes aceptaron gustosos la idea y por unanimidad dieron su confianza a Manuel Quintela Villar, que formó la primera Junta directiva en funciones, compuesta por:

Presidente Manuel Quintela Villar (Beleiro), Vicepresidente Manuel Campos Román (O Merlo), Secretario José Pereira de Castro, Tesorero Luis Meira Rodríguez (Maquinista de Renfe), y los Vocales: Manuel Caldas Vázquez, Jesús Chayán Cerviño (ambos empleados de la Caja de Ahorros), José Fernández Ibáñez (Propietario de Gaseosas Cascada), Enrique Quintela Fernández, Antonio Davila Domínguez, José Costas Couñago (Pepe de Juan), José Sánchez y Eduardo Domínguez. El secretario levantó Acta de dicha reunión, por la que quedó constituida La Hermandad, fijando su domicilio en “Casa Beleiro” Costa de San Roque, nº 49-51.

Manuel Quíntela Villar y su Junta directiva iniciaron gestiones para la puesta en marcha de La Hermandad. Visitaron corporativamente al director de la Caja de Ahorros Municipal de Vigo don Enrique Martínez del Río, como propietaria de la finca, haciéndole entrega de una copia del Acta de constitución de dicha Hermandad y solicitándole la concesión o derecho a celebrar, en lo sucesivo, las fiestas en honor de San Roque. El señor Martínez del Río les felicitó y ofreció su colaboración poniendo a disposición de La Hermandad, sin cargo alguno, la organización de las fiestas.

La Caja de Ahorros vio con agrado la creación de la Hermandad, en cierto modo, venía a sustituir a dicha Entidad en el compromiso que habían contraído a la compra de la finca, subrogándose en la manda impuesta por los vendedores, que estos habían heredado de su antecesor don Gaspar Méndez de Sotomayor en 1622, con carácter vitalicio de celebrar el culto a San Roque.

Manuel Quintela no pudo ver realizado su programa de fiestas, falleció el 16 de abril de 1952 a la edad de 57 años. Dejando constituida la Hermandad, de lo que queda constancia por la esquela mortuoria que dicha Hermandad hizo publicar en Faro de Vigo el día 17 de dicho mes.

Toda la zona se hizo eco del profundo dolor ante tal luctuosa pérdida, quedando en el recuerdo por su dedicación y los hechos conseguidos para el cambio de estas tradicionales fiestas, que inicialmente ya había preparado.

Las fiestas del presidente Manuel Quintela:

La presencia de dos Bandas de música completas, que con alegres pasacalles dieron por primera vez un ambiente festivo al barrio; que se repitió al día siguiente con otras bandas diferentes; un alumbrado al que no estábamos acostumbrados, que daba alegría y colorido al barrio; banderas por todas las calles; los gaiteiros “Los Morenos de Lavadores” cuyos hermanos, Francisco y José, residían entre nosotros; “Los Terribles de Donas” que no faltaron en el “Pinomanso”; La Danza de Redondela, que bailó ante el santo durante la procesión; la megafonía de “Radio y Luz” que transmitía el ambiente festivo por toda la zona y que decir del fuego, impresionante. Ciertamente no se esperaba tanto, todo esto hizo que fuese un recuerdo constante al presidente que nos había dejado.

Manuel Campos Román, actuó como vicepresidente en funciones de presidente en las fiestas de 1952, comenzando su actuación con un acto digno de mencionar:

El 15 de agosto día de vísperas, bajó a Sárdoma con la banda de música para la procesión de la Virgen. Quiso iniciar las fiestas con un homenaje póstumo ante la tumba del presidente Quintela;

y así, con unas sentidas palabras abrió el acto, seguido de la interpretación de una marcha fúnebre por la banda “Unión de Lantaño” que hizo vibrar los más consistentes sentimientos; un responso solemne rezado por el párroco don Gervasio Martínez con un silencio que invitaba a la oración, interrumpido por el estruendo de las bombas ofrecidas por los “Beleiros”, hermanos del fallecido presidente, que cerraban el acto e iniciaban con ello la procesión de la Virgen hacia San Roque. El barrio estaba engalanado para recibir a Nuestra Señora en el día de su fiesta. Llegando la procesión a Pepe de Juan, comenzó la tirada de fuegos ofrecida por esta familia, seguida de las bombas de palenque sufragadas por Camilo Gallego, ambos vecinos en la Costa de San Roque, tradición esta de las tres familias, que se mantuvo hasta el año 1964 en que fue suspendida la precesión.

la organización de las fiestas

La familia Quiroga, más tarde Condes de Villar de Fuentes se valían para organizar la Romería de algunos de los foreros, gente de su confianza a los que tenían arrendadas sus tierras y de otros vecinos que trabajaban para la casa, entre ellos, -los señores Antonio (Sacristán) de Sárdoma; el maestro de obras Sr. Ramón (O Vega); el señor Fernando Teijeiro, casado con la señora Angelita Balbuena (las de la Trolla); Salvador Vargas y Generosa Diaz, su esposa (de la Trolla); señor Paco (O demo), residía en la confluencia de la calle San Roque con el Couto de San Honorato, éste cuidaba del Santo y contrataba a los costaleros que llevaban la imagen durante la procesión, pagados por los Señores de la casa, tanto afecto le había cogido al “perro del santo” que todos los años por las fiestas le ponía de collar una rosquilla, que vendían las rosquilleras de Sárdoma, -Pura, (a Pancha) do Raviso y Pastora (a Cajaxa) da Dehesa-.

Estos y otros, organizaban la Romería con lo que obtenían por el alquiler de los puestos, dando preferencia a los que trabajaban las tierras de la casa. No faltaban los puestos de Os do Sacristán y Os do Merlo. Una sugerencia muy especial era el vender junto con sus productos, el vino de la cosecha de los Señores de la Casa.

Era San Roque la solución económica para las familias que allí se instalaban, vendiendo su vino y frutos de sus cosechas arreglaban el año moderadamente.

Esta buena gente, ponían ilusión y coraje por mantener la tradición, de echo habían creado una incipiente hermandad para honrar al Glorioso San Roque, presididos y avalados por la familia Quiroga, más tarde Condes de Villar de Fuentes.

Los señores de la casa, por las fiestas limpiaban la finca, pintaban portales muros y paredes, atendían la capilla y los ornamentos, pagaban los estipendios y un refrigerio a los sacerdotes; también las atenciones con la agrupación de la danza que bailaba ante el Santo y la “carrera de la hogaza”; ponían vigilantes para que se respetasen los cultivos. En alguna ocasión sufragaron uno de los días de las fiestas.

El Ayuntamiento de Vigo arreglaba los caminos, ampliaba la vigilancia en la Villa, solicitando efectivos al Ejército para proteger las casas que los rateros podían desvalijar, pues las familias enteras acudían con sus viandas a la Romería.

Estos y otros, organizaban la Romería con lo que obtenían por el alquiler de los puestos, dando preferencia a los que trabajaban las tierras de la casa. No faltaban los puestos de Os do Sacristán y Os do Merlo. Una sugerencia muy especial era el vender junto con sus productos, el vino de la cosecha de los Señores de la Casa.

Era San Roque la solución económica para las familias que allí se instalaban, vendiendo su vino y frutos de sus cosechas arreglaban el año moderadamente.

Esta buena gente, ponían ilusión y coraje por mantener la tradición, de echo habían creado una incipiente hermandad para honrar al Glorioso San Roque, presididos y avalados por la familia Quiroga, más tarde Condes de Villar de Fuentes.

El Ayuntamiento de Vigo arreglaba los caminos, ampliaba la vigilancia en la Villa, solicitando efectivos al Ejército para proteger las casas que los rateros podían desvalijar, pues las familias enteras acudían con sus viandas a la Romería.

 

Este artículo es un extracto del libro “La Romería de San Roque en Vigo” de Enrique Caride Iglesias. Descubre más sobre el libro haciendo click aquí.

 

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